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Acerbrag se encuentra atravesando una nueva parada en sus instalaciones hasta el 14 de octubre y ya fue anunciada la parada anual para el mes de noviembre. Esta pausa, inicialmente pautada como parte de su calendario de mantenimiento, también refleja una realidad más profunda: la caída sostenida de la demanda que atraviesa la industria argentina.

La empresa ya había realizado una parada en abril de este año y, aunque se esperaba que la próxima ocurriera normalmente en verano, esta se adelantará a noviembre. Sin embargo, la novedad no radica en el cambio de fechas, sino en el trasfondo económico que motiva esta decisión. Fuentes gremiales consultadas indican que, más allá del mantenimiento operativo, la empresa busca reducir costos ante una demanda que no termina de remontar.

Contexto del mercado del acero

El sector siderúrgico en Argentina atraviesa uno de sus momentos más críticos. De acuerdo con los datos de la Cámara Argentina del Acero, en los primeros ocho meses de 2024, la producción de acero crudo cayó un 12% en comparación con el mismo período del año anterior. 

Esta baja está directamente relacionada con la disminución en la demanda interna, especialmente en la construcción y la industria automotriz, dos de los principales motores del consumo de acero que registró una caída cercana al 10% durante el mismo período. 

La retracción del mercado de la construcción es uno de los factores más importantes, ya que el acero es un insumo central para este sector. A esto se suma una caída en las exportaciones, las dificultades logísticas y la apertura de importaciones de materiales de menor costo.

El freno en la actividad económica general del país también se refleja en una desaceleración en la producción automotriz, que disminuyó más del 8% en el primer semestre del año. Este rubro, tradicionalmente demandante de acero, ha tenido que ajustar su producción debido a una baja en las ventas tanto en el mercado interno como externo, afectando aún más a las siderúrgicas.

Paritarias en un momento crítico

Este panorama económico adverso se da en un marco de tensas negociaciones paritarias en el sector siderúrgico. Durante los primeros ocho meses del año, los trabajadores mantuvieron los mismos salarios que en diciembre de 2023. Frente a esta situación, los gremios exigen aumentos que reflejen la pérdida de poder adquisitivo.

Los empresarios, liderados por el grupo Techint, mantienen una propuesta de aumento del 2%, muy por debajo de las expectativas sindicales. Según datos del sector, el año 2023 terminó con un aumento de la producción del 1,5% en comparación con 2022, lo que indicaba una leve recuperación, pero este 2024 ha revertido esa tendencia. Los gremios exigen ver los números reales de las empresas para verificar si realmente existe una crisis productiva que justifique un aumento tan bajo.

Según Infogremial.com, la negociación que se avecina podría escalar en conflicto si las partes no logran acercar posturas. Los trabajadores no solo reclaman un ajuste salarial que compense la inflación, sino también mejoras en las condiciones laborales, argumentando que la caída de la demanda no debería impactar en sus derechos.

Otra consecuencia de la caída: despidos y retiros voluntarios

El impacto de la crisis no se detiene en las paradas operativas. En el último mes, Acerbrag despidió a 25 empleados, sumándose a los 17 retiros voluntarios que se registraron en las semanas anteriores. Según fuentes del gremio de la UOM, la empresa ya había anticipado la posibilidad de desvincular a 80 trabajadores debido a «la crisis económica, la recesión y la caída en las ventas». La falta de demanda ha llevado a la paralización de sectores enteros. Este escenario genera una creciente preocupación ya que otras empresas metalúrgicas de la región, como la Metalúrgica Belgrano en Chivilcoy, también han cerrado sus puertas, afectando a decenas de familias.

La parada operativa en Acerbrag no solo afecta a la producción, sino que también pone sobre la mesa la problemática del empleo en un sector que enfrenta grandes desafíos. Con las paritarias aún en curso y la incertidumbre sobre la demanda futura de acero, la empresa parece estar ajustando sus costos en un escenario que amenaza con volverse más crítico si no se alcanzan acuerdos salariales que satisfagan a ambas partes.

El desarrollo de las próximas semanas será clave para entender si estas medidas de ajuste ayudarán a la estabilidad del sector o si profundizarán la crisis.

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