Desde el vibrante corazón de Medellín, Diego Suárez se encuentra en su tercera gira por Colombia, un país que ha abrazado su arte. Desde su partida de Bragado, ha recorrido diversas ciudades: Cartagena, Barranquilla, Bogotá y Santa Marta. Cada lugar, un escenario, cada encuentro, una oportunidad de conexión. Pero detrás de cada función hay un trabajo meticuloso, una gestión cuidadosa.
«Comencé a avisar a mis contactos en Colombia que venía entre mayo y julio. La gira la armé desde Bragado», relata Diego. Es consciente de los desafíos que la edad y la distancia imponen. «Hay que armar la gira con cuidado. Los cambios de clima interfieren y la cantidad de horas de viaje… Para hacer 150 kilómetros, tardas 4 horas». Sin embargo, su pasión por la música y el arte lo impulsa a seguir, aunque su cuerpo le pida descanso.
Diego se dirige a trabajar próximamente en Necoclí, un refugio para aquellos que descansan antes de cruzar el tapón del Darién, un lugar emblemático donde los contrastes se vuelven palpables. «Colombia tiene un circuito muy grande de festivales y una movida cultural increíble. He participado en festivales de música y de títeres. Me han invitado por conocer ya mi trabajo», dice emocionado por la calidez con la que lo han recibido.
El artista mechitense valora la relación entre ambos países. «El nivel artístico argentino está bien visto acá. De hecho, muchos viajan a formarse en la educación pública argentina. Eso es importante, seguir compartiendo y construyendo una Latinoamérica unida». Sin embargo, también señala la cruda realidad que enfrenta en su camino. «Hay lugares militarizados, donde están los narcos. Una de mis obras, ‘Loro Pereyra’, la relacionaban con este tema», reflexiona sobre las desigualdades y las situaciones adversas que marcan el entorno de su trabajo actualmente.
Al respecto de su regreso a Argentina, Diego piensa: «¡Wuau!, cuántas cosas tenemos y no valoramos». Esta apreciación lo motiva aún más a seguir adelante con su labor artística. En el horizonte se vislumbra un hito: «El año que viene cumplimos 15 años del Festival de Títeres, previsto para la segunda semana de mayo». Su compromiso con el arte y la cultura se refleja en su deseo de que los artistas reciban el reconocimiento y el presupuesto que merecen.
«Tiene que haber un presupuesto para los artistas en general, nosotros nos formamos, estudiamos, nuestro trabajo tiene valor como el de un abogado, un ingeniero o un periodista. Hay que valorar más el trabajo de los artistas locales para que no tengamos que estar siempre yendonos». Sus palabras resuenan como un llamado a la acción, un recordatorio de que el arte es un pilar fundamental de la sociedad. Mientras continúa su gira, deja una huella bragadense en cada lugar que visita, uniendo a la gente a través de su música y sus historias, y construyendo puentes entre culturas que, a pesar de las adversidades, siguen compartiendo el mismo deseo de expresión y conexión.