Momentos de tensión se vivieron ayer en la Cooperativa y Matadero Frigorífico Bragado luego de que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) suspendiera la habilitación del establecimiento para comercializar carne a nivel nacional.
La medida generó incertidumbre entre los trabajadores, quienes decidieron tomar las instalaciones como una forma de protesta. En medio de esta crisis, la intervención del intendente, Sergio Barenghi, fue clave para evitar la clausura definitiva. Tras un intenso diálogo entre las partes, se logró obtener una habilitación provisoria por 15 días, lo que brinda una solución temporal al conflicto.
La pérdida de la habilitación nacional significaba un golpe crítico para el frigorífico, que depende de la comercialización en mercados fuera de la región para sostener su actividad económica y laboral. «Era un escenario muy complicado para las familias que dependen de este trabajo. Por eso, decidimos actuar de inmediato», señaló el intendente.
El acuerdo alcanzado establece que, durante este período, la planta deberá cumplir con los requerimientos técnicos y sanitarios exigidos por SENASA para recuperar su habilitación definitiva.
Trabajadores y autoridades coincidieron en que el diálogo y el trabajo conjunto serán esenciales para asegurar el futuro de la planta. «Confiamos en que este plazo será suficiente para demostrar el compromiso del frigorífico con los estándares de calidad», expresó un representante de los empleados.
Mientras tanto, el sector productivo local observa con atención el desarrollo de este caso, que pone en evidencia la importancia de la coordinación entre el Estado, las empresas y los trabajadores para sostener una actividad clave en la economía regional.