En diálogo con MAÑANAS EN ORSAI, Juan Burga, delegado gremial del sindicato de trabajadores de ARCA, expresó su preocupación por el impacto del cierre de oficinas del ente recaudador en distintas localidades de la provincia, incluida Bragado. Según explicó, la medida ha generado una fuerte incertidumbre entre los trabajadores, quienes desconocen cómo continuarán desarrollando sus tareas en el futuro inmediato.
«A partir de la decisión de cerrar surge la duda de los trabajadores sobre cómo seguiríamos trabajando. Algunas delegaciones cierran definitivamente y otras, como la nuestra en Bragado, mantendrán una mínima atención al público», señaló Burga.
Actualmente, la oficina local continúa prestando servicios: «Tenemos abiertas las puertas al público, tomamos datos biométricos y gestionamos claves fiscales», detalló. No obstante, el panorama es incierto. Aunque en principio no se prevé la pérdida de puestos de trabajo, algunos empleados fueron notificados verbalmente de que deberán trasladarse a dependencias ubicadas a más de 300 kilómetros de su lugar de trabajo actual. «El director ejecutivo omite precisiones sobre los destinos de los trabajadores. Hasta ahora, no hay nada oficial, solo manifestaciones verbales», agregó el delegado.
Burga también cuestionó el supuesto ahorro que se busca con estas medidas. «El cierre de la oficina de Bragado no generaría un ahorro significativo; por el contrario, podría derivar en una caída de la recaudación», afirmó.
Desde la emisión de la disposición, los trabajadores de ARCA en Bragado se encuentran en estado de asamblea permanente. «Pedimos disculpas a quienes se acercan a la oficina si en algún momento no podemos atenderlos, pero estamos en una situación de disfunción total», concluyó Burga.