La negociación salarial en el sector siderúrgico continúa estancada desde julio, según declaraciones de Rubén Senga, referente de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). El gremialista calificó las propuestas empresariales como «insuficientes» y aseguró que las conversaciones no han logrado avances significativos. La próxima reunión se espera para el 9 de enero, lo que genera incertidumbre entre los trabajadores.

En particular, Senga destacó la compleja situación en Acerbrag, Bragado, donde este año se registraron 52 desvinculaciones. «El límite ya lo pasamos, no hay más margen. En Bragado es distinto a lo que pasa en las ciudades grandes: acá ibas a trabajar con tu vecino, y ahora, de pronto, tu vecino está afuera», explicó. Según el gremialista, esta realidad afecta tanto a los ánimos en las plantas como a la planificación de las familias. «La gente llega al molinete de entrada y no sabe lo que va a pasar. A nivel familia y vida, no podés programar nada», agregó.

No obstante, Senga señaló que desde la fábrica han asegurado que no habrá más desvinculaciones, lo que representa un alivio momentáneo. Además, confirmó que en enero se entregarán los bonos que se venían pagando previamente.

El panorama en Bragado no es aislado, ya que muchas empresas del país enfrentan problemas similares. «No es solamente en Bragado, muchas empresas están sufriendo esto en el país, algunas incluso definen cerrar sus puertas», advirtió Senga, quien remarcó la necesidad de encontrar soluciones que permitan garantizar la estabilidad laboral de los trabajadores.

Desde la UOM, la expectativa está puesta en las próximas negociaciones.

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