Con el asentamiento de Acería en la década del 70’, hoy Acerbrag SA, Bragado tiene una gran representación de trabajadores en el sector.
Este lunes se conmemora en Argentina el Día del Metalúrgico en memoria de un grandioso militar y sacerdote franciscano Fray Luis Beltrán, quien nació en San Juan el 7 de Septiembre de 1784. En Bragado se trata de un sector que reúne a alrededor de mil trabajadores, la mayoría de ellos de Acerbrag S.A., la principal empleadora de la ciudad y una de las empresas líderes en la producción de acero del país.
«Hoy celebramos el trabajo de quienes transforman, construyen y hacen los mejor para Bragado y esas son las personas que forman Acerbrag», dice la campaña que la empresa realiza esta semana en los medios para reconocer a sus trabajadores. Y destaca sólidos, tenaces y dúctiles como nuestro acero.
Así fue el carácter de Fray Luis Beltrán, un apasionado por las ciencias, que volcó su afán en toda clase de oficios (dibujante, bordador, carpintero, relojero, pirotécnico, físico, químico, herrero, médico). Además fue un militar aguerrido y sumamente valeroso.
En 1812 se sumó a la lucha por la Independencia y entró como Capellán del ejército chileno. Participó en la batalla de Rancagua del 2 de Octubre de 1814, en la que los patriotas chilenos fueron derrotados. Fray Luis Beltrán formó parte de la masiva emigración de los independentistas hacia Mendoza. En esta tierra los socorrió el Gral. José de San Martín que por recomendación de O’Higgins, lo puso a cargo del parque y la maestranza del Ejército de los Andes.
Inmediatamente el cura patriota improvisó un taller y una fragua en el campamento de El Plumerillo poniéndose al frente de setecientos artesanos, herreros y operarios quienes bajos sus órdenes trabajaron a un ritmo frenético en turnos rotativos. En todo el campamento se oían los gritos del fraile, que quedó ronco para el resto de sus días, dando órdenes a sus obreros, en medio de los golpes de los martillos sobre el yunque.
En su taller se fabricó todo lo necesario para el Ejército Patriota, lo que no existía era inventado por este verdadero genio. «Si los cañones tienen que tener alas, las tendrán», le dijo Beltrán a San Martín. Para lograrlo utilizó todo lo que tuvo a mano, recolectando por todo Cuyo, rejas, herrajes, todo tipo de utensilios metálicos, hasta las campanas de las iglesias. Se ganó diversos apodos «Vulcano con sotana», el «Arquímedes de la Patria» o el «Artesano del cruce».
Su vida de lucha siguió durante toda la guerra por la independencia de América. Continuó con el equipamiento del Ejército de los Andes para la Campaña del Perú y finalmente participó de la batalla de Ayacucho en Perú el 9 de diciembre de 1824. La victoria de los patriotas significó la desaparición del contingente militar realista, sellando la independencia del Perú y de América, con una capitulación militar que puso fin al Virreinato del Perú.
La historia ha reconocido a Fray Luis Beltrán como «El Primer Metalúrgico Argentino», por su enorme valor, por su tarea incansable al servicio de la patria.