Senga de la Unión Obrera Metalúrgica de Bragado detalla el conflicto con Acerbrag, que despidió a 25 trabajadores. Dice que los empleados «tienen miedo», y que a los empresarios «hay que rogarles». El temor por el futuro.
Fuente: Pagina 12, Por Luca Fernández, 31 de agosto de 2024
«Es todo una cagada, y dependemos mucho de cómo siga el contexto nacional, porque si el sector de la industria metalúrgica no levanta, esto no continúa. Los dueños de la firma son extranjeros, y cuando los números no les dan, los trabajadores van a la calle», dice a BuenosAires/12 Rubén Senga, secretario administrativo de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Bragado y director de Relaciones Institucionales de la municipalidad.
Semanas atrás, la UOM bragadense realizó un reclamo formal ante la Secretaría de Trabajo de la Nación, porque los afiliados que desarrollan tareas en la fábrica siderúrgica Acerbrag cobraban un 22 por ciento más por trabajar en cuatro turnos, pero la firma tomó una decisión que los puso en jaque. Acerbrag, que hasta el año pasado trabajaba incluso en Navidad y año nuevo y le pagaba un extra a los empleados para que sigan produciendo durante los días festivos, apareció «con la excusa de que están en crisis, y lo primero que hicieron con el sector de afiliados a la UOM fue pasarlos a tres turnos sin ese 22 por ciento de sueldo», explica Senga a este medio.
Por ese motivo, el conflicto se desarrolló en el marco de la cartera laboral nacional, y la resolución «salió en favor de los trabajadores, ya que se trataba de un beneficio adquirido», según Senga. Como la fábrica apeló, la situación aún se encuentra en ‘veremos’.
Sin embargo, la firma dio un paso más en su ajuste y la totalidad de los trabajadores pasaron a trabajar en tres turnos, por lo que no sólo le sacó el 22 por ciento a los empleados, sino que dejó un turno entero sin producir. Por ello, Acerbrag avisó hace un mes que echaría a 85 trabajadores. «Tuvimos muchas reuniones, y hubo mucho ‘tire y afloje’ para que no los echen», cuenta Senga, y describe: «Imagínense lo que es para nuestro pueblo que echen a 85 personas, en Bragado somos apenas 40 mil habitantes, y lamentablemente dejar todas esas familias sin trabajo es arruinarnos por completo».
La situación no es azarosa. Días atrás, la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) presentó el boletín de la actividad metalúrgica durante julio 2024, y según expuso el informe, ésta registró una contracción interanual del -11,7 por ciento, que al acumularse suma una contracción de -15,9 por ciento comparada contra los mismos meses del año anterior. Tomando diciembre como partida, la actividad acumula una caída del -7,4 por ciento.
La provincia de Buenos Aires representa el 60 por ciento de la industria metalúrgica nacional, y de ése porcentaje, el 70 por ciento está representado por el conurbano bonaerense. Por su propio peso específico, la provincia más grande del país oficia como el corazón productivo de la patria, lo que la transforma en el territorio que más sufre las políticas económicas del Gobierno nacional, que «no realiza acciones para activar la demanda ni para fortalecer las inversiones», según dijo a este diario Elio Del Re, presidente de ADIMRA.
Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la actividad de la industria pyme cayó 17,8 por ciento interanual en julio, y acumula una retracción del 18,6 por ciento en lo que va del año. Si se compara con junio, la producción también bajó 1,8 por ciento. CAME supo que el 19,3 por ciento de las pymes, o sea una de cada cinco, tuvo dificultades para pagar salarios.
Senga, que integra el gabinete municipal que encabeza el intendente peronista Sergio Barenghi, advierte que el Gobierno local «ayudó mucho para destrabar el conflicto», ya que «la gestión se puso en contacto con la empresa» y logró que los despidos se redujeran de 85 a 25. «La municipalidad se puso al hombro la situación desde el primer momento, y lo agradecemos mucho, porque ellos dialogaron con la empresa para descomprimir esto», retrata Senga. El municipio que fue recuperado por Unión por la Patria gracias a un unidad construida entre Barenghi, el dirigente Darío Duretti y la mayoría del justicialismo local.
A su vez, advierte que el gremio pidió a los responsables de la firma «que esperen un tiempo, y que no tomen semejante decisión, sino que esperen a que la cosa mejore y no que saquen a los empleados afuera de una».
Sin embargo, en el último tiempo se sumaron 17 retiros voluntarios, que son los «despidos encubiertos», según el secretario administrativo de la UOM Bragado. En la planta, en total, quedaron 40 trabajadores, «pero por lo menos no nos dolió tanto como si hubieran despedido a la totalidad de los trabajadores», dice Senga, y agrega: «Mucho de esto se debe al parate de la obra pública». Si bien Acerbrag no era un proveedor directo de la obra pública, sí lo era Acindar, que al no tener esa posibilidad de negocio, salió a buscar los mercados minoristas, que eran lo que abastecía Acerbag, por lo que su venta se fue desvaneciendo.
La caída
Explica Senga que «a todo esto, la fábrica siguió produciendo, pero las ventas bajaron mucho y se nota». Tal es así que un mes atrás, Acerbrag decidió cerrar un fin de semana porque ya no había lugares para stockear, «cosa que no pasaba hace 30 años», según el dirigente de UOM.
La fábrica lleva 40 años en el municipio bonaerense de Bragado, y según el metalúrgico, la compleja realidad se debe a «las medidas económicas del Gobierno nacional», y relata: «Dentro de todo lo malo por lo menos tenemos un diálogo con los empresarios, porque la situación nos lleva a charlar de forma amigable con ellos. Nosotros no vamos de ‘poronga’ porque ellos tienen el arma de decir ‘te echo’, pero que si ellos llegan a estas instanciase es porque así lo propiciaron las políticas económicas de Javier Milei».
Senga advierte que Acerbrag cuenta con 560 operarios que están afiliados a la UOM, pero remarca que esto «no es como trabajar en la verdulería de un conocido que te da una mano porque conoce tu familia, acá si no dan los números, chau». Bragado, además, vivenció inconvenientes con la fábrica Fiasa, que suspendió a 33 trabajadores por tres meses, quienes «volverían a trabajar recién en estos días», según Senga, que asegura que «el problema es que ésta empresa hace trabajar a otras empresas más, entonces se repercute toda la cadena productiva».
Remarca que lo de Acerbrag fue noticia porque siempre fue una empresa modelo, a la que todos quieren llegar. «En Bragado, para los que no estudiaron, la meta es trabajar en Acerbrag, porque sabían que si entraban y hacían las cosas bien, quedaban, porque laburo nunca iba a faltar, pero ahora está toda la gente asustada», dice Senga.
La UOM de Bragado engloba 1000 afiliados, de los cuales la mitad trabaja en Acerbrag. Por eso el dirigente se lamenta: «Al ser una empresa siderúrgica, en paritarias estuvimos ocho meses atrasados. La gente tuvo el sueldo atrasado casi un año y ahora se le acomodó, pero al mes metieron 25 despidos, y eso genera un susto bárbaro».
Él es secretario administrativo de UOM Bragado, y su padre, Daniel Senga, es secretario general. Dice que hablan constantemente con los trabajadores, y señala que éstos «tienen un miedo bárbaro», porque «hay una bajada de línea de la empresa para que ellos no se metan al gremio, siempre trataron de ridicularizarnos». La misma situación fue denunciada por los trabajadores de Aerolíneas Argentinas, que denunciaron a BuenosAires/12 que la empresa «busca la atomización sindical».
Senga describe: «Es una situación de mierda, porque a la gente la hacen firmar para perder el cuarto turno, y los trabajadores tienen tal necesidad que, con tal de no perder el puesto de trabajo, van y firman cualquier cosa, aún sabiendo que hay una resolución de la Secretaría de Trabajo que se lo reconoció como un derecho adquirido».
Él es de Bragado de toda la vida, y dice que sólo en 1992 se vio algo así, cuando Acerbrag cerró la fábrica durante un mes. Nunca más pasó, y las crisis se notaron, «pero no de esta manera y en tan poco tiempo», según el funcionario, que asegura que tienen «la fe» de que las medidas económicas del Gobierno nacional «deben revertirse». Senga dice que mantiene muchas reuniones con el secretariado general, y advierte que «la cosa está muy mal en todo el país».
Los despidos son duros para todos, pero en los pueblos del interior es más difícil. Dice Senga: «Todos tenemos conocidos en la fábrica, y eso es una cagada, porque echan a uno y te cruzas a la señora en el supermercado, y a todos tenes que darles explicaciones». Asegura que para que sean sólo 25 despidos en vez de 85, «se hizo un trabajo casi suplicando».
El golpe llegó a Florencio Varela
El Presidente Milei ni siquiera nombra la palabra «industria», pero las políticas económicas que lleva adelante junto a Luis Caputo, a quien el propio Milei había encuadrado como «el peor ministro de Economía de la historia», se llevan por delante miles de puestos de empleo y bajan persianas a rolete. Un nuevo capítulo de esta realidad se vivió días atrás en el municipio bonaerense de Florencio Varela, donde Fabio Hnos, una histórica fábrica metalúrgica del distrito, cesó sus actividades y despidió a los 76 obreros que trabajaban allí.
Los varelenses definen a la fábrica como un «icono industrial» de la zona. Se debe a que, desde 1951, Fabio Hnos se dedicaba a la fabricación de bulones, arandelas, tuercas y piezas especiales. Sus 73 años de trayectoria la convirtieron en un icono del sector, pero la crisis económica que agobia al país hizo que los dueños tomaran la decisión más dura. ¿Lo peor? Fue sin previo aviso. Los operarios fueron a trabajar y se toparon con los portones cerrados.
Los trabajadores esperaron varias horas en la entrada de calle Okinawa al 2000, pero llegaron los abogados, intervinieron en la situación, y disiparon la incertidumbre con la noticia menos esperada, cuando confirmaron el cierre de la fábrica. Si bien se rumoreó que la empresa mantendría la planta que tiene en San Luis, 76 familias varelenses ya navegan entre la incertidumbre y la desolación. BuenosAires/12 consultó sobre sus posturas, pero los trabajadores optaron el silencio y aguardan las respuestas de la Justicia.
Según aseguraron los conocedores de la materia, Fabio Hnos era una fábrica que se destacaba por completar el proceso de producción en su planta, que iba desde la fabricación y templado hasta el recubrimiento electrolítico de las piezas. El personal estaba altamente capacitado, y la maquinaria era de última generación.
Se destacó también por su compromiso comunitario, ya que colaboró constantemente con la Cámara de Empresarios Bonaerenses, para el fortalecimiento de las cadenas de valor, y con la Fundación Pro Buenos Aires. Sin embargo, nada de eso alcanzó para surfear la ola del brutal ajuste que impuso el Gobierno nacional.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/763932-si-la-industria-no-levanta-esto-no-sigue