La negación de la brecha de género por parte del candidato Javier Milei durante el debate presidencial ha desatado fuertes críticas. Tania Etulain, miembro del Centro de Estudios Atenea y referente local, destaca la importancia de reconocer esta problemática, mientras señala que la brecha en Argentina alcanza el 26,6%.

El reciente debate presidencial dejó en evidencia no solo las diferencias políticas, sino también las posturas encontradas respecto a temas fundamentales como la brecha de género en el ámbito laboral. Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza, sorprendió al negar la existencia de esta brecha, generando reacciones críticas y un posterior análisis detenido de la situación.

Para comprender a fondo la problemática y su vinculación con los movimientos feministas, dialogamos con Tania Etulain, integrante del Centro de Estudios Atenea y voz destacada en la lucha por la igualdad de género. Según Etulain, la brecha de género se define como la diferencia salarial entre mujeres y hombres, un fenómeno que trasciende fronteras y que, en Argentina, alcanza el 26,6%.

El enfrentamiento durante el debate no solo se centra en la negación de la brecha por parte de Milei, sino también en la negación de evidencias empíricas que marcan realidades en el mundo. Tania Etulain señala que estas negaciones afectan la posibilidad de implementar políticas públicas que aborden y resuelvan las desigualdades de género.

Al profundizar en las causas de la brecha de género laboral, Etulain destaca la influencia de la sociabilización inicial entre hombres y mujeres, que crea roles estereotipados. Esto lleva a una segregación horizontal en el mercado laboral, donde las mujeres se insertan en ramas peor remuneradas, como la educación y los cuidados. Además, la segregación vertical limita la trayectoria laboral de las mujeres, dificultando su acceso a cargos de conducción.

El concepto de «techo de cristal» resalta la complejidad de la situación, donde, si bien no se niega explícitamente la capacidad de la mujer para liderar, las responsabilidades familiares limitan su avance en la carrera profesional. Etulain destaca la necesidad de intervención estatal para igualar oportunidades y propone medidas como la creación de centros de cuidado de primera infancia y programas de certificación en oficios.

En cuanto a las tensiones dentro del feminismo, Etulain diferencia entre las matrices liberal y popular. Si bien temas como la ley del aborto logran unificar esfuerzos, las discrepancias surgen cuando se abordan cuestiones más vinculadas a las condiciones materiales y al reconocimiento del trabajo doméstico no remunerado.

En este contexto, Etulain concluye que la negación de la brecha de género obstaculiza la capacidad del Estado para implementar políticas públicas efectivas y, por ende, para reducir las desigualdades. La realidad de la brecha salarial en Argentina requiere un abordaje integral y el reconocimiento de las diferentes matrices dentro del feminismo para construir soluciones equitativas.

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