El pasado sábado, Feministas Autoconvocadxs Bragado llevó a cabo un encuentro en la plaza San Martín con motivo del Día de la No Violencia Contra la Mujer. Norma Balvidares, Fiamma Zirpoli y Lucía González fueron las protagonistas de un análisis crudo sobre la realidad de la violencia de género, abordando tanto la situación local como las políticas públicas nacionales.
En la plaza San Martín de Bragado, Feministas Autoconvocadxs se congregaron el pasado sábado para conmemorar el Día de la No Violencia Contra la Mujer. En un encuentro marcado por la horizontalidad y el compromiso, Norma Balvidares, Fiamma Zirpoli y Lucía González compartieron reflexiones críticas sobre la situación actual y los desafíos que enfrentan.
Lucía González, una de las participantes, explicó la naturaleza del grupo, destacando su carácter autoconvocado y horizontal, operando principalmente a través de redes sociales y grupos de mensajería. El grupo, compuesto por mujeres con diversas experiencias y perspectivas, busca ofrecer un espacio de encuentro y diálogo sobre los desafíos que enfrentan las mujeres en la sociedad actual.
En relación con el encuentro del sábado, Fiamma Zirpoli compartió: «Hablamos principalmente de la situación actual del país, del contexto, y de cómo percibimos un recrudecimiento de los discursos de odio. El presidente propone, por ejemplo, que el Ministerio de las Mujeres Género y Diversidad deje de existir como tal. Ni siquiera sabemos si estará dentro de los ejes del nuevo Ministerio de Capital Humano. Esto nos preocupa y es algo que no se abordó en la campaña».
La discusión incluyó no solo temas nacionales, sino también preocupaciones locales. Se evaluó la situación de Bragado, con especial atención a la accesibilidad de las mujeres a los servicios de atención en casos de violencia. Fiamma Zirpoli destacó la importancia de mejorar los canales de atención y concientizar sobre la existencia de estos recursos.
En cuanto a la política pública, Lucía González reflexionó sobre el impacto del Ministerio de las Mujeres Género y Diversidad, señalando que, aunque era incipiente, proporcionaba ayudas concretas a mujeres que denunciaban violencia de género. Sin embargo, expresó su preocupación por el recrudecimiento de la violencia y el discurso misógino en el ámbito nacional.
El análisis de las participantes también abordó la educación y la concientización en la comunidad. Norma Balvidares destacó los desafíos de convencer a otras mujeres de unirse al movimiento y romper con patrones culturales arraigados. En este sentido, señaló la importancia de comprender la realidad de las mujeres con hijos pequeños, quienes a veces enfrentan la violencia por necesidad económica.