La caída supera las 18.4 toneladas en el año y la contracción se acerca al 10%. Los precios de la materia prima bajan por una gran cosecha.

En medio de la crisis económica y la pérdida de poder adquisitivo que atraviesa el país, el consumo de yerba mate, una de las tradiciones más arraigadas de los argentinos, registró una significativa caída. De acuerdo con el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), la demanda de este producto descendió un 9,5% en comparación con el año pasado, acumulando hasta septiembre una baja de 18.483.312 kilos.

“El argentino promedio consume alrededor de 6,5 kilos de yerba al año, pero con la situación económica actual, hasta este clásico de las mesas y reuniones se resiente”, explicó Juan Carlos Maciel, analista de consumo masivo. “La gente ajusta en todos los frentes posibles, y aunque el mate sigue siendo una opción económica, cada gramo importa en esta coyuntura.”

Un cambio en los hábitos de compra

El impacto de la caída en el poder adquisitivo se refleja en la preferencia de los consumidores por los envases de menor tamaño. Según el INYM, el paquete de medio kilo pasó a representar el 56,53% de las ventas, mientras que el paquete de un kilo, que en años anteriores era la opción más elegida por su relación precio/rendimiento, bajó del 38,89% al 37,38%.

Los almaceneros observan este cambio desde hace meses: “Antes, los clientes llevaban yerba en cantidad, pero ahora se estiran con los envases más chicos, o combinan con yerba de menor precio para ahorrar.”

La gran cosecha: un arma de doble filo

El sector yerbatero enfrenta además una presión adicional por el exceso de oferta. En los primeros nueve meses de 2024, se ingresaron a los secaderos 968.057.487 kilos de hoja verde, una cifra sin precedentes, impulsada por condiciones climáticas favorables y la regularización de precipitaciones en la región productora. Sin embargo, esta abundancia en la producción ha generado una baja en los precios, impactando directamente en los ingresos de los productores.

“La buena cosecha debería ser una bendición, pero con el consumo interno cayendo y el mercado saturado, el precio de la hoja verde está en su punto más bajo”, explica Carlos Espíndola, productor de yerba en Misiones. “Estamos cobrando menos que el año pasado, y eso no cubre ni los costos de cosecha.”

Frente a este escenario, desde el sector productivo se barajan alternativas para estabilizar el precio de la yerba mate. Uno de los caminos podría ser una autorregulación de la cosecha: muchos productores consideran no extraer toda la hoja verde para evitar una nueva caída en el valor de la materia prima en la próxima zafra.

El mercado externo, la excepción a la regla

En contraste con el mercado interno, las exportaciones de yerba mate muestran un panorama más alentador. Según datos del INYM, la venta al exterior aumentó un 9% en comparación con el año pasado, lo que equivale a un incremento de 2.678.159 kilos. De mantenerse este ritmo, el sector estima cerrar el año con 42 millones de kilos destinados al mercado externo.

“Exportar yerba mate es una de nuestras mejores apuestas en este momento”, señala Javier Duarte, director de una cooperativa de productores en Corrientes. “La demanda externa crece y el producto argentino tiene una gran aceptación. Esto es lo que, en parte, nos está ayudando a paliar el desplome del consumo local.”

Mirando hacia adelante

El sector yerbatero enfrenta tiempos desafiantes y sigue de cerca los vaivenes de la economía argentina. Las autoridades del INYM están trabajando en medidas para equilibrar la situación y sostener tanto el mercado interno como las exportaciones.

Mientras tanto, la yerba mate sigue siendo símbolo y tradición en el país, aunque el consumo registre una baja histórica. “El mate es casi una necesidad emocional para muchos argentinos, pero en estos tiempos complicados la prioridad está en llenar la mesa”, concluye Espíndola.

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