En un paso crucial para brindar soluciones habitacionales a familias en situación vulnerable, se dio inicio a la autoconstrucción de 50 viviendas en el Barrio Fátima de Bragado. Con el respaldo del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat a través de Cáritas, este proyecto se perfila como un ejemplo de trabajo conjunto en pos del bienestar de la comunidad.

La materialización de un sueño habitacional comenzó a hacerse realidad en el Barrio Fátima de Bragado, con el comienzo de la construcción de 50 viviendas que apuntan a mejorar la calidad de vida de familias en situación de vulnerabilidad. Este proyecto, impulsado por Cáritas y respaldado por el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, representa un esfuerzo colectivo para brindar hogares dignos a quienes más lo necesitan.

La coordinación entre diferentes entidades fue clave para el éxito de esta iniciativa. La Municipalidad de Bragado, consciente de la importancia de abordar la problemática habitacional, cedió dos terrenos estratégicos para la construcción de estas viviendas. Los terrenos ubicados en calle Lamadrid y en Villa Cano se encontraban listos para recibir este proyecto de impacto social.

Para garantizar el inicio de la construcción en condiciones óptimas, el Municipio llevó a cabo obras de nivelación en los terrenos cedidos, además de asegurar la conexión eléctrica necesaria para las viviendas. Esta labor conjunta entre la administración local, Cáritas y el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat demuestra la capacidad de trabajo en equipo para impulsar acciones concretas en beneficio de la comunidad.

Un momento importante para este proceso tuvo lugar en la mañana de ayer, cuando el Intendente Vicente Gatica extendió un caluroso saludo a los futuros habitantes de estas viviendas. Estos adjudicatarios son, a su vez, los constructores de las mismas. La elección de los beneficiarios se realizó a través de Cáritas, quienes utilizaron listados de pre-adjudicatarios para asegurar que las viviendas lleguen a quienes más lo necesitan.

Estas 50 unidades habitacionales representan más que simples construcciones; son el resultado de un esfuerzo conjunto que busca mejorar la calidad de vida de familias que anhelan un lugar seguro y digno donde vivir. El trabajo en equipo entre la comunidad, las organizaciones y las instituciones demuestra cómo es posible generar un impacto positivo en la sociedad, construyendo no solo hogares, sino también esperanza y oportunidades para un futuro más promisorio.

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